HOTELES ROJOS

Tu espejo transparente me mira desde sus cuencas
Y me hiere con tu rostro de rosa imperfecta,
Azucena del llanto, no llores sobre la lluvia
Yo te quiero como el fuego te odia
Como quien quiere olvidar lo inolvidable

Me estoy fumando la flor negra
En el velorio de tu despedida
No soy el tiempo
Soy los ojos que evitas
El nombre impronunciable
La duda de cada beso
Aquel sueño que no recuerdas al despertar

Si ese soy, para ti
Imagina tú quien eres en mis pasos
Veo que estas entre las casas entre todas las quemadas…
Negra de tanto acercarte a mi llama

Yo te sacaba a danzar y tocaba la espalda legendaria
Como quien roza el lecho de sus hijos
Y fuimos fuego negro en los hoteles rojos

Las postrimerías de nuestra procesión
Y lo mío no es el tiempo
No es más que camas sin tender
Lagrimas en los cuadernos
Lo mío es la duda nueva
Lo mío es lo que no debiera ser mío

Pero llegará un tiempo
donde la culpa no sea de los viajes ni de los Hoteles rojos
Donde el alcohol sea solo el destilo de las resacas.

Y la responsabilidad quede solo en los uniformes.