
A campo abierto...
en un estéril desierto
una flor de lis he plantado
con mucho amor y desconcierto
que tu amor a ella quede plegado.
Y ahondando a tu duda y desconcierto,
sigue ataviando tu erial
Aunque no sea descubierto
Por tu amor en desconcierto
trocando en tesoro el mal
y en oro el trigal incierto.
Tu desdén le hace agujeros
y el embate de tu arena
en cruel combate la quema
con detrimentos no certeros.
Pero si muere, me muero,
porque a su aliento aposté
todo el que no conservé
para ocultar que te quiero.
Tus botas la han pisoteado
y con rocas la rodeaste,
me pesa, pero se que no sembraste
maleza vil al costado.
Aún así, mi flor se ha salvado
con su candor de rubí
burlando con frenesí
Te pasarán muchos años
y el destino por encima,
vas a llegar a la cima
y evaluar todos los daños.
Ya en el último peldaño
frente a la muerte y su tris,
aromas de flor de lis
inundarán tus sentidos
y sabrás que no has tenido
más amor que el que te di.
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